- Los expertos afirman que el grave trauma psicológico que han sufrido los niños bajo ISIS puede provocarles daños de por vida
- Muchos de los menores entrevistados para esta investigación de Save the Children eran incapaces de jugar con otros niños y de mostrar sus emociones
- El 90% ha perdido a un ser querido y casi todos tenían pesadillas. A la mayoría le costaba entender instrucciones y mostraba conductas "robóticas"
Los años vividos bajo ISIS han
dejado a los niños de Mosul con unos niveles tan altos de daño
psicológico que, perseguidos por pesadillas que interrumpen su sueño,
son incapaces de mostrar emociones o de jugar. Según los expertos, están
tan afectados por haber presenciado actos de violencia extrema que
presentan síntomas de "estrés tóxico", un severo trauma psicológico que
puede provocar daños para toda la vida.
Cuando pidieron a los niños que jugaran a un juego en el que podían poner cualquier cosa que no quisieran dentro de una "bolsa mágica", la mayoría elegía "ISIS" y "tristeza", así como "guerra" y "armas de guerra". EFE |
Todos los niños entrevistados por la organización
humanitaria mostraron signos de estrés tóxico, el 90% había perdido a un
ser querido y casi todos tenían pesadillas. A la mayoría le costaba
entender instrucciones y mostraba conductas "robóticas", incapaces de
jugar o de mostrar emociones.
Cientos de civiles abandonaron Mosul en junio, cuando la lucha contra ISIS alcanzó un punto de inflexión.
Desde que en octubre comenzó la guerra para recuperar la ciudad de
manos de los terroristas, más de 860.000 personas escaparon hacia la
zona liberada del este de Mosul.
Con edades de entre
10 y 15 años, los niños del campo Hamman al-Alil hablaron de los
horrores que habían presenciado: miembros de su familia asesinados
delante de ellos, cadáveres y sangre en las calles, familiares muertos
por las balas de los francotiradores o explotando por las minas, sus
casas bombardeadas.
Muchos mencionaron la amenaza
constante de ser torturados por los miembros de ISIS, que castigaban con
la muerte o la prisión a todos los que desobedecían sus reglas.
Jad, un niño de 13 años, dijo a los investigadores: "Si nos pillaban en
la calle a la hora de la oración, podías ser azotado. También
realizaban sus decapitaciones y latigazos en la calle cada poco
tiempo... A menudo dejaban durante días a los cadáveres, colgados en la
calle de palos de hierro".
Los niños también hablaron
de su miedo a una "cosa" o a un "monstruo" sin identificar, una imagen
mental de las vívidas experiencias traumáticas que los perseguían día y
noche.
Según la doctora y consejera de salud mental
en Oriente Medio de Save the Children, Marcia Brophy, "lo más impactante
fue comprobar lo introvertidos que eran los niños”. "Raramente
sonreían; era como si hubieran perdido la capacidad de ser niños", dijo.
"Cuando preguntábamos a los niños qué cosas de ellos mismos les
gustaban, a menudo decían 'soy tranquilo', 'me quedo en lugares
seguros', y 'obedezco las órdenes'. El tiempo que estuvieron bajo ISIS y
el escape de vida o muerte que vivieron se ha cobrado una carga
terrible. Estos niños no van a curarse en semanas y tampoco en meses.
Necesitarán ayuda durante años".
“Desde que llegué al
campo, no me siento segura, porque no me creo que estemos aquí; y no me
creo que estemos lejos de ISIS", dijo una niña adolescente
entrevistada.
Cuando pidieron a los niños que jugaran
a un juego en el que podían poner cualquier cosa que no quisieran
dentro de una "bolsa mágica", la mayoría elegía "ISIS" y "tristeza", así
como "guerra" y "armas de guerra". Según la investigación, cuando les
pidieron que sacaran de la bolsa las cosas que les hacían sentirse
mejor, muchos tuvieron dificultad para responder. Cuando lo hacían,
elegían "seres queridos" o "felicidad".
En los
problemas de los niños también influye el impacto psicológico de sus
experiencias con sus padres. Dentro del campo, la violencia doméstica es
común: un 85% de los niños mencionó haber sido golpeado o haber visto a
otros niños ser golpeados, como las principales causas detrás de sus
enfados o tristezas.
El estrés tóxico es el más
peligroso de todos, con la mente constantemente en lucha o en evasión.
Si no se trata a tiempo, puede dañar la arquitectura del cerebro y
afectar durante toda la vida a la salud mental y física, produciendo
enfermedades del corazón, depresión, ansiedad, diabetes y abuso de
sustancias.
Save the Children está pidiendo a los
donantes internacionales que apoyen a las unidades de atención
psicológica y de salud mental. Al Gobierno iraquí le pide que aumente la
inversión en formación de psicólogos y consejeros infantiles. Según la
organización humanitaria, la asistencia psicológica para los niños y sus
padres está cronicamente infradotada: hasta ahora, los programas para
2017 sólo han recibido un 2% de sus fondos.
Todo el
plan de respuesta humanitaria de las Naciones Unidas para este año ha
recibido menos de la mitad de los fondos que necesita.
Según la directora para Irak de Save the Children, Ana Locsin, "los
niños que escapan de Mosul han vivido de horror en horror". "Han pasado
hambre y han sido abusados en la ciudad. Todos los participantes del
conflicto han tirado armas explosivas en las estrechas calles de Mosul
con poca consideración por su impacto. Pero el impacto sobre los niños
está claro: incluso si salen con vida, quedan con cicatrices y frágiles.
Por el momento, eso es lo que parece ser el futuro de Mosul".
"Para ayudar a los niños a que se recuperen y reconstruyan, la
asistencia psicológica debe ser considerada prioritaria. El mundo debe
hacer más para reparar este daño".
Traducido por Francisco de Zárate